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lunes, 7 de junio de 2010

Vamos a darle ese toque de color al cielo hichando un globo de cada color y dejandolo volar.


Hay algo en él, en sus ojos, en su gesto, en sus palabras y silencios, hay algo en él, ¿no lo has notado?, algo inexplicable.. Su actitud conmigo, la manera de mirarme y de tratarme, las cosas que me dice y el modo de decírmelas. Me atrae, me fascina.. Bromea y ríe, se recubre de esa capa insulsa, hueca e irresistible que la gente llama sonrisa. En estos momentos siento que hemos venido al mundo para unirmos y que ya hemos estado unidos antes de ahora. Sin hablarnos nos entendíamos, me decía que me quería y la gente me preguntaba si habia reflexionado, ¿reflexionar? En el amor no se reflexiona. En estos momentos, ¡lo adoro! Pero en otras ocasiones, sus ojos miran como los de todo el mundo, sus gestos y sus palabras son los mismo de cualquiera, y sus silencios estan vacíos; se tranforma en un hombre corriente, y pierde su encanto. Ya no es el que era antes, el que me abrazaba, me acariciaba, me susurraba.. Entonces siento que no tenemos nada en común, me molesta que me hable, que me mire, que me toque, no soporto su presencia porque entonces me repele, me repugna, me crispa, ¡y le detesto! Y luego llegan las tardes, la de horas que paso a su lado, como la tarde de ayer, 4 deliciosas horas sin separanos. Nos tumbamos en el césped, contemplando el cielo azul, mientras me susurraba al oído canciones de amor. Es entonces cuando se vuelve a convertir en aquel chico que me atrayó con su mirada, que con su encanto me sedujo y del que me enamoré, del que estoy enamorada y del que lo seguiré estando.

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